lunes, 11 de octubre de 2010

Insaciable

Esperando algún chiste estúpido, alguna discusión, algún incidente casual, cómo para zafar del momento. Mira a todos lados. Sólo transpira, está gordo. Engordo hace algunos años y culpa a otra persona por eso. De todas maneras no le importan sus kilos demás, igual come. Está sentado a la mesa junto a su madre. Se avergüenza de sus ganas de comer pero lo sigue haciendo. No siente hambre, siente placer con la boca llena.
Hace días explora mundos diferentes. Sueña ser modelo, flaco, alto, anoréxico, feliz, son los deseos que le vende la televisión, vagos, vacíos, absurdos. Respira con gran esfuerzo mientras vuelve a comer. Siente ganas de vomitar. Transpira.
En la radio se oye cumbia. Tiene ganas de bailar. Idealiza a una mujer con grandes pechos, cabello pelirrojo, con jeans ajustado junto a él. Sueña. Toma un gran sorbo de gaseosa. No puede tragar, tose. Intenta gritar. Estira las manos sobre la mesa del comedor pero nadie está cerca de él para ayudarlo, intenta levantarse y en el intento tira una silla, nadie oye la caída. Se despliega por el piso como una mera bolsa de agua. Sigue tosiendo. La cumbia no termina. Nadie aparece.

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